Hola.
Espero que estés bien, lo mejor posible cuando leas esto.
Es que... bueno, lo cierto es que hace mucho tiempo que no hablamos, o mejor dicho, que tú no quieres hablarme a pesar de los intentos que he hecho.
Mira, yo sé que muchas veces me he equivocado, que quiza a veces no te he tenido suficiente paciencia, o que puedo ser muy mandona. Quisiera que comprendieras que en cierto modo es algo normal: al hermano o hermana mayor siempre le queda cargada la responsabilidad de velar por los más chicos, guiarlos, hacerles ver cuando estan mal, poner el ejemplo, ayudarles a hacer las cosas de un mejor modo.
Y sé que quizá tú no lo hayas visto asi, pero realmente eso es lo que uno quiere para sus hermanos pequeños (aunque la diferencia sea tan sólo de un año): que hagan las cosas del mejor modo posible para evitarles penas, porque si hay algo doloroso en esta vida es ver a un hermanito o hermanita sufrir o pasar las de Caín por cualquier razón. Es como si nuestro ejemplo y consejos no hubieran sido suficientes para que ustedes no pasaranesa pena.
Me acuerdo de cuando platicábamos mucho, nos reíamos de tonterías o me preguntabas cosas. Me gustaba. Me hacía feliz. Y ahora recordarlo también me es doloroso, porque ya no pasa más.
Ahora crees que yo, y los demás, estamos en tu contra siempre, que creemos que eres un tonto o incapaz y que todo lo que decimos es para burlarnos de ti. Pues, yo no sé los demás, pero esa no es mi intención, nunca.
No sé que pude haber hecho, o que te pudieron haber hecho, para que fueras tan susceptible como eres ahora a todas las cosas que las personas pueden decir. Quiza uno a veces te dice "Ay, no seas tonto". Pero, contrario a lo que sueles creer, eso no significa que yo realmente piense que eres tonto o estúpido. Es sólo una expresión figurativa. Uno en realidad sólo quiere hacerte ver que alguna cosa que sugieres o haces no es del todo sensato, porque me preocupo por tí y quiero que veas bien las cosas, desde todas las perspectivas posibles.
A veces uno como hermano mayor tiene la carga de ayudar a los padres a hacer funcionar la casa mientras ellos se tienen que ausentar. Y no tienes idea de lo difícil que es, porque, además de todo, los papás quieren que mientras no están, la casa funciones como si estuvieran allí. Y uno tiene que recurrir a ser meticuloso en todos los detalles para evitar los enojos y regaños, ya veces tenemos que ponernos un poco (o muy) marciales con los hermanitos. Pero nunca es con mala fe, o por molestarlos. Todo lo que queremos es que nadie en esa casa reciba un regaño o reclamo despues de tanto esfuerzo por mantener en pie la casa. Pero a veces ustedes los hermanos menores parecen no entenderlo asi, y piensan que uno se quiere aprovechar de ustedes o de que los papás no están para maltratarlos.
En realidad uno como hermano mayor todo lo que pide es un poco de comprensión y respeto. Y es doloroso cuando, aparte de no tenerlos, tampoco somos merecedores de su cariño.
En realidad me duele.
Me duele cuando te pido algo por favor o te paso un recado de una indicación de mamá, algo que puede ayudar a que no regañen a nadie en la casa, y me mandas al carajo, sólo porque soy yo quien te lo dijo.
Me duele, cuando te pregunto algo, simple o largo, y todo lo que te dignas a hacer es a alzar los hombros y darme la espalda.
Me duele cuando te pido un minuto en la computadora, o en la televisión, o que le bajes un poco a la música. o me prestes algo, y sólo me preguntas "¿eh? ¡No! ¿por qué?" o "¿Tú quién te crees o qué?".
Me duele ver que eres capaz de ser mas cordial, respetuoso y afectuoso con cualquier otra persona que conmigo, que soy tu hermana, que siempre lo hesido y siempre lo seré, que sin importar lo que haga el mundo o las personas vengan y vayan en tu vida, yo siempre voy a estar ahi para ti, porque te voy a querer siempre, porque eres mi hermano y nada ni nadie va a cambiar eso jamás.
Y me duele tener que escribir esto y que a final de cuenta ni siquiera lo vayas a leer, porque ni siquiera has querido escucharme cuando he querido hablar contigo para que todo esto pare.
Porque como no quieres hablar conmigo y tampoco me quieres escuchar, no puedo saber ni siquiera qué es exactamente lo que hace que me detestes tanto, que me odies y que me trates asi.
Porque estoy segura que cualquier cosa que pudiera yo haber hecho no puede ser tan grave, y no puede ser nada que yo no te perdonaría a tí.
Porque aunque de hecho fuera grave, te puedo asegurar que no lo puede haber hecho intencionalmente, pues una de las cosas que no menos quiere es lastimar a la gente que ama.
Y yo te amo. Eres mi hermanito, y sólo quiero que sepas que te extraño.
Que extraño lo que teníamos, que te aseguro no teníamos con nadie más en el mundo, porque había tonterías y simplezas, detalles y curiosidades, que para nosotros significaban mucho y a los demás podían darles igual.
Me duele que las cosas estén así, y que siga pasando el tiempo y no pueda hacer nada para sanar nuestra relación.
Te quiero, y espero que algún día puedas perdonar los errores y ofensas, y logres tener un poco de comprensión por todo lo que he hecho o dicho.
Hasta entonces, te estaré esperando, y si ese día llega te recibiré con los brazos abiertos. Porque a diferencia de cualquier otra persona en el mundo, el lazo que me une a ti es irrompible, y en el fondo sé que ese lazo Dios lo hizo de esa manera por una razón. Me dió la bendición de ser tu hermana mayor por una razón y, aunque ahora me odies, espero poder algún día volver a ser digna de ver al Señor a los ojos cuando me pregunte qué hice hoy por mi hermanito.
Hasta entonces.
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