El perro pastor de Anatolia, un perro de dimensiones grandes criado desde hace casi 6 mil años para el cuidado de las ovejas en las zonas de Turquía y Afganistan, existe la costumbre de colocarle collares con picos para cuando combate con los depredadores de sus protegidos, osos y lobos generalmente, son perros ágiles y fuertes, muy resistentes, pero la característica más notoria de la raza es su extremada devoción y nobleza hacia sus protegidos: Se sabe de perras hembras de esta raza que han amamantado corderos. La costumbre es dejar al rebaño bajo el cuidado de uno de estos perros, sin la supervisión de una persona. Es posible que el Pastor de Anatolia mate y se coma algún animal si el hambre lo demanda, pero no se sabe de ninguno que haya matado a sus protegidos.
Los perros han crecido al lado de los humanos desde tiempos ancestrales, desde que fueron lobos que acompañaban a la caza a los hombres hasta los chihuahuas de las carteras de las mujeres actuales, es obvia la influencia genética y conductual que ha ejercido el hombre sobre las más de 400 razas de perros que actualmente existen en nuestra sociedad.
Los humanos se dieron cuenta pronto de la nobleza y fortaleza de los lobos, además de su obvia inteligencia y lealtad a su manada, tal así que los volvimos parte de las nuestras ahora fungiendo diversos tipos de trabajos, desde el perro de guarda o el de trabajo, hasta el de compañía. Para esto las personas hemos trabajado con la ingeniería genética para criar perros con ciertas características físicas y mentales. Se que suena descabellado pero toda persona que tiene perros y los cruza o los cría está jugando con ingeniería genética, pero quizá no de la manera que nos la imaginamos, grandes laboratorios, probetas y tubos de ensaye, pero al juntar perros con características que nos interesan para que se crucen entre ellos, motivamos el avance de éstas, si bien sus crías compartirán dichas características deseadas, como la tranquilidad, el querer a los niños, lo juguetones; y de la misma manera se pueden suprimir características no deseadas, como la agresividad o la territorialidad.
Por supuesto que para cada persona un perro le es útil de diversas maneras, por lo tanto cada uno motiva características diferentes, de ahí que haya tal variedad de razas, pero todas comparten rasgos similares que los hacen notar como perros, de ahí que sean una de los animales más deseados y queridos en todo el mundo, y por lo tanto de los más comunes. Las personas estamos creando seres hermosos y sanos, unos animales que nos hacen sonreír en cualquier circunstancia, que nos dan compañía como jamás otra persona nos la podrá dar: 100% incondicional.
Pero también hay un lado negativo. Como buenos seres humanos, en nuestra búsqueda de la “perfección” canina hemos cambiado tanto a nuestros perros y los hemos hecho tan especializados, que llegamos al punto de causarles daño genético. Los Buldogs tienen la cara tan plana que sufren de enfermedades y padecimientos respiratorios, los Gran Danés sufren de artrítis por su gran tamaño, y algunos otros perros tienen epilepsia o mayor probabilidad de cáncer o enfermedades de la piel, además de mentales y fisiológicas, todas por causas genéticas.
Es de aquí que actualmente los criadores realmente amantes de los perros fomentan la cruza de especies para criar lo que ellos denominan criollos o mestizos, los que nos gusta llamar perros corrientes o “eléctricos”. No tendrán un pedigree impresionante pero tienen la constitución genética tan fuerte como los lobos. Sacrifican el prestigio humano por la salud canina, la belleza de “portada de revista” por la belleza saludable.
Pero los efectos de vivir con el hombre no se limitan a cuerpos y tamaños distintos. También he llegado a la conclusión de que los estamos haciendo evolucionar de maneras que nunca pensamos posibles. Mi perrito “Stitch” servirá de ejemplo: Cómo se imaginan un perro te haga plática, que sin instrucción alguna entiende el concepto de “despierta a Karla” o el de “bájale a tu tono de voz”; cómo se imaginan a un perro que saborea los cacahuates japoneses, al tenor de que los perros tienen un sentido del gusto débil puesto que sólo distinguen lo siguiente: Sabe feo, no me lo como; no sabe feo, no me lo como. A los perros actualmente les gusta la comida más condimentada (a mi perro no le gustan los rufles con queso, perosi les pones chile tajín, si le gustan), la saborean, nos comprenden más de lo que nosotros a ellos, platicamos con ellos y parecen respondernos; todo esto me suena muy humano...
Van a pensar que esto lo escribo simplemente porque soy un gran amante de los perros (y si), pero estoy viendo a unas criaturas que han sido nuestra compañía desde siempre y se han convertido en nuestros guardaespaldas, nuestros guías, nuestros amigos, nuestras mascotas, nuestros modelos a seguir y son una de las cosas más hermosas que el hombre haya ayudado a crear, una de las muchas o pocas cosas de las que nos podemos sentir orgullosos.
Daniel López Revelez 20 - Agosto - 2010
Extraño tener un perro U__U snif... Buen post...
ResponderEliminarBueno y ¿que esperábamos? al final todo lo vemos con signo de pesos, es natural que los usemos para nuestro beneficio, la mayoría los seguimos viendo como seres inferiores, solo rescatamos lo que nos conviene. Es bueno que exista gente que ame verdaderamente a los perros (y los animales en general), pero otros lo seguimos viendo del otro lado del espejo. Es una realidad, es una lastima.
ResponderEliminarAtte: Lawliet B.